“Para
fortalecer el sistema de investigación en nuestro país debemos adelgazarlo,
pero es importante recortarlo en cantidad no en calidad. Este proceso será
complejo e impopular: después de todo, a nadie le gustan los recortes o ajustes.
Bajo los cambios que menciono aquí, sólo a aquellos científicos que puedan
demostrar que avanzan en las fronteras de nuestro conocimiento se les asignarán
recursos”.
El párrafo
anterior es de Carmen Vela, secretaria de Investigación, Desarrollo e
Innovación del gobierno español. La posición de la funcionaria fue publicada recientemente
en la prestigiosa revista Nature (No.
486. Junio 7, 2012) y ha provocado diversas reacciones en su país.
En términos
formales todavía no existe un plan en materia de ciencia y tecnología del
actual gobierno español, apenas en octubre del año pasado el consejo de
ministros acordó prorrogar la vigencia del anterior plan nacional (2008-2011).
Sin embargo, la administración ya ha tomado decisiones importantes sobre la
estructura y orientación del sector.
Al comienzo de
la gestión de Rajoy, mediante decreto, el ministerio de ciencia e innovación
desapareció. En su lugar, se creó la Secretaría de Estado de Investigación,
Desarrollo e Innovación, una instancia de menor rango adscrita al Ministerio de
Economía y Competitividad. Este último es la cabeza del sector y es el
encargado de poner en marcha las reformas para la mejora de la competitividad (Boletín Oficial del Estado No. 307. 22/12/2011).
Después, el desalentador
panorama de la economía española provocaron grandes ajustes y la investigación
y el desarrollo experimental no escaparon a los recortes. La secretaria Carmen
Vela, en marzo del 2012, anticipaba recortes en algunos programas,
particularmente en algunos proyectos y en las subvenciones a Organismos
Públicos de Investigación (El País
10/03/2012)
Al conocerse
el presupuesto para este año de la Secretaría de Investigación, un monto inferior
en 26 por ciento respecto del año previo, se confirmó que el sistema científico
y tecnológico tendría que arreglárselas con menos recursos. También ya parece
difícil crear la Agencia Estatal de Investigación que se había previsto en la
ley para este año y cuya función sería impulsar y financiar la investigación.
La secretaria Carmen
Vela, al explicar el recorte presupuestal en abril del 2011, informó que la
reducción afectaría principalmente el capítulo de créditos y algunos Organismos
Públicos de Investigación --principalmente al Instituto de Astrofísica de
Canarias (30 por ciento menos)--, pero que se sostendrían las becas para la
formación de recursos humanos.
Sin embargo,
al parecer ya tampoco se podrán sostener los programas de formación. La reciente
posición del gobierno, anunciada en la revista Nature, indica que se modificará el número de investigadores, dado
que el sistema de investigación y desarrollo español “no es lo suficientemente
grande como para que se justifique pagar a tantos investigadores como los que
actualmente existen”.
Además, en la
misma publicación, la secretaria Carmen Vela también anunció que se reducirá el
número de becas Ramón y Cajal para jóvenes investigadores (de 250 a 175). Lo
mismo que el programa de becas posdoctorales Juan de la Cierva o el Torres
Quevedo para investigación industrial, los cuales sumarán en total entre 700 u
800 (en el 2011 sumaron 960).
Obviamente la
noticia no ha sido recibida con beneplácito por la comunidad científica
española. Por el contrario, existe preocupación por el futuro de su sistema y
por las opciones para los científicos jóvenes. De hecho, una agrupación de
estos últimos, la Federación de Jóvenes Investigadores, publicó una carta
abierta dirigida a la funcionaria Vela en la que expresan su desacuerdo con la
visión gubernamental.
Por ejemplo,
los jóvenes le argumentan a la secretaria que desde el 2009 se ha reducido
paulatina y constantemente el presupuesto para el sector. Más aún, sobre su
posición de adelgazar el volumen de investigadores, le señalan que: “Sobre la afirmación de que considera usted que sobran
investigadores en España, nos gustaría pensar que ha habido un error o una mala
interpretación de sus palabras” y comparativamente le recuerdan los números de
España frente a países de la Unión Europea (precarios.org/article267).
(Publicado en Campus Milenio. No. 467. Junio 21, 2012: 6)
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