Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
El nuevo ciclo escolar cuenta con la “Escuela Técnica Roberto Rocca”. Es un recinto de nuevo tipo: es de nivel medio superior, su financiamiento es privado, por ahora solamente atiende a poco más de un centenar de jóvenes, pertenece al corporativo metalúrgico ítalo-argentino Techint, sus instalaciones son modernas y bien equipadas. La escuela está ubicada en uno de los municipios industriales que podrían adquirir mayor relevancia de Nuevo León, a un par de kilómetros de la organización empresarial y ahí se asentó también Kia, la compañía automotriz coreana.
Hace poco más de un año, los directivos de Techint anunciaron
que construirían una escuela en el municipio de Pesquería, en Nuevo León (Milenio 22.07.2015). El grupo patrocinador
tiene seis empresas, la que opera en México desde hace una década es la
siderúrgica Ternium (compró Hylsa en el 2007), con actividad minera en Colima,
Jalisco y Michoacán, así como con plantas en Puebla, Coahuila y Monterrey. Apenas
en 2013 inauguró su centro industrial en Pesquería. Actualmente, Ternium tiene plantas
en una decena de países del continente americano (Argentina, Colombia, El
Salvador, Estados Unidos, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua,
Panamá y Uruguay). Es un conglomerado importante.
En el 2015, cuando el presidente del grupo Techint, Paolo
Rocca, hizo el anuncio de la nueva escuela en México, precisó que comenzaría a
funcionar en este ciclo escolar, como ha ocurrido, pero que no era la primera
escuela de su tipo, ya contaban con una en Argentina. También dijo que
construirán otra escuela en Colombia y tal vez otra más en México, en Veracruz.
Es decir, probablemente la experiencia de este tipo de escuelas se pueda expandir
y tener un mayor alcance regional.
Efectivamente, la primer Escuela Técnica Roberto Rocca
(ETRR) fue construida en Argentina
en 2013. Ahora, en ambos países, el nombre de la escuela es el mismo (el
fundador del grupo empresarial), el nivel educativo es igual, también está
planeada para otorgar becas de distinto monto a todos sus estudiantes, su
orientación es tecnológica. La única diferencia entre la institución argentina
y mexicana, es que la primera ofrece bachillerato técnico en electromecánica y
electrónica, mientras que la segunda lo hace en mecatrónica y electromecánica .
Los proyectos de este tipo generalmente tienen un respaldo
gubernamental. Según las cifras del propio grupo empresarial (página web), la inversión para la nueva escuela
fue de 29.4 millones de dólares. En su momento, el alcalde de Pesquería, José
Gloria, dijo que el modelo educativo de la nueva escuela sería relativamente
similar al de un Conalep, pero con un plan de estudios alineado a las
necesidades de la acerera, aunque no sabía quién se haría cargo de la operación
de la institución, si el gobierno estatal, un fideicomiso o cómo (El Financiero 05.06.2014).
Pero, ¿es bueno o malo que existan este tipo de escuelas? Por
una parte, la ampliación de espacios educativos es una buena noticia, tanto
mejor si cuentan con la infraestructura necesaria y ofrece condiciones
adecuadas para cumplir su función, como es el caso. También, como la política
pública ha insistido una y otra vez, son bienvenidas las iniciativas que
vinculan la formación escolar y los requerimientos del sistema productivo.
Por otra parte, como el caso de las universidades
corporativas lo ha mostrado, el principal objetivo de estos proyectos
educativos es alinear los objetivos de una determinada compañía con las
capacidades y habilidades de las personas que requieren. Uno de los problemas
es que los estudios ofrecidos en estas instituciones, generalmente, no tienen
reconocimiento de validez oficial, así que la formación adquirida solamente
tiene una utilidad limitada. Los estudios de escuela Roberto Rocca, dice en su
página oficial, están incorporados a la Secretaría de Educación de Nuevo León
desde diciembre del año pasado, así que no tendría esa dificultad.
Otro problema es la formación adquirida en las instituciones
corporativas. La mayoría de las veces se dirige a una sobre especialización muy
acotada que solamente resulta útil para esa compañía y no puede aplicarse en
otros empleos, especialmente cuando el trabajador abandona el empleo o la
institución deja de patrocinarlo. También puede ocurrir que la especialización recibida
sea muy coyuntural y rápidamente pierda vigencia. Por ejemplo: ¿qué ocurrió con
la Universidad Corporativa de Pemex que se construiría en Querétaro el año
pasado y formaría los recursos necesarios en materia energética? Nada,
simplemente.
(Publicado en Campus Milenio No. 668. Agosto 11, 2016. p. 5)
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