Alejandro Canales
UNAM-IISUE/SES
Twitter: @canalesa99
(Publicado en Campus Milenio No. 670. Agosto 25, 2016. p. 5)
La normatividad del Foro Consultivo Científico y Tecnológico
(FCCyT) dice que su mesa directiva se debe reunir para conocer y aprobar el
informe y el programa anual de actividades del coordinador general. Así fue. La
reunión se realizó la semana pasada y ahí se dio cuenta de algunos logros en el
periodo. Sin embargo, tal parece que una de las principales iniciativas del
periodo, la creación de una oficina de asesoría con el legislativo, no termina
de hacerse realidad.
El informe fue entregado a los integrantes de la mesa
directiva el pasado 19 de agosto, aunque, según se dijo, todavía es preliminar.
Para efectos prácticos, no está disponible para el público. El programa seguramente
es el mismo que el planteado para el año anterior, porque solamente se
mencionaron los tres ejes de trabajo del bienio 2014-2016, por lo menos no
quedó registrado en el boletín correspondiente (No. 491).
El Foro, como se sabe, es ese organismo intermedio –con figura
de asociación civil-- entre las autoridades del sector y la comunidad
científica, académica, empresarial y tecnológica que funciona desde el 2002. La
misión principal que tiene encomendada es doble: por un lado, promover la
participación y expresión de la comunidad; por otro, apoyar y asesorar
institucionalmente al Conacyt.
La mesa directiva del FCCyT se integra por 20 representantes de la academia y del
sector empresarial: 17 de ellos son titulares
de diversas organizaciones (como las academias de Ciencias, Ingeniería o
Medicina, también de la Coparmex o Canacintra e instituciones como la UNAM o el
IPN) y tres miembros designados del SNI.
Un ajuste importante del Foro se realizó al comienzo del
actual periodo, a partir de septiembre de 2014. En buena medida los ajustes
fueron resultado del programa de trabajo y las líneas impulsadas por su actual coordinador,
José Franco, pero también por las recomendaciones de una evaluación realizada
por la consultora española Cotec.
José Franco se planteó tres grandes ejes
de trabajo en su programa para el periodo 2014-2016: fortalecimiento de la
ciencia, la tecnología y la innovación; políticas públicas en el sector; y
comunicación social. Los mismos que se reiteraron en el reciente informe
La evaluación externa del Foro se centró en tratar de
mejorar el impacto de sus actividades en la gobernanza del sistema de ciencia y
tecnología, dado que una evaluación previa se había enfocado en optimizar la
operación del Foro en el ciclo de las políticas sectoriales. El diagnóstico de
la primera fue que debía ser más selectivo y establecer prioridades en el tipo
de actividades a realizar, optando por aquellos campos donde se podría aportar
más valor añadido.
En consecuencia, las recomendaciones incluyeron cinco
diferentes ámbitos. El primero de ellos, concerniente a la relación con los
poderes públicos, se sugirió focalizar la relación con el poder legislativo
federal “en el trabajo de asesoramiento y provisión de información a demanda
del mismo”, diferenciando la posición de los expertos independientes y las
posiciones de la mesa directiva del Foro. También se recomendó mayor y mejor
estabilidad presupuestal para el organismo y un mayor involucramiento de los
integrantes de la mesa directiva en las actividades del Foro, entre otras
recomendaciones.
En el informe del FCCyT de septiembre del año pasado se
reportó que la Oficina de Ciencia y Tecnología para el Trabajo Legislativo,
derivada de las recomendaciones de la evaluación, era un proyecto en marcha.
Ahí se anotó que, “en una primera fase de conceptualización”, la oficina se
localizaría en las instalaciones del Foro, tendría su propia mesa directiva
(legisladores y presidentes de academias) y como invitados permanentes estarían
el director de Conacyt, el coordinador de ciencia y tecnología de la
presidencia –por cierto, este personaje no estuvo en la presentación del informe--
y tres científicos reconocidos.
Posteriormente, el mismo Foro informó que en sesión con los
miembros de la comisión de ciencia y tecnología del Senado de la República,
avalaron la propuesta de crear la Oficina. (Ahora, en el reciente informe, se
le llama Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso
de la Unión). Pero no, a la fecha, y después de un año, no hay evidencia
pública de que tal instancia esté en funciones o que en el corto plazo se ponga
en marcha.
Desde luego, el vínculo con los legisladores persiste e
incluso la actividad ha ido en ascenso, principalmente para consultar las
modificaciones a las normas del sector y el complicado asunto del ramo 38 que
año con año se aprueba. Sin embargo, lo que todavía no está es la
institucionalización de un trabajo de asesoría y de beneficio mutuo. Los
legisladores no parecen estar muy interesados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario